TMB REDUCIRÁ EN CUATRO AÑOS 27.900 TONELADAS DE CO2 CON LA SUSTITUCIÓN DE AUTOBUSES DIÉSEL POR HÍBRIDOS Y ELÉCTRICOS Viernes, 20 de Abril de 2018

BARCELONA, ESPAÑA.- Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) está realizando la sustitución de 449 autobuses diésel y de gas natural comprimido de primera generación por autobuses híbridos, eléctricos y de gas natural más avanzados, con el objetivo de reducir drásticamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2), causantes del calentamiento global. En cuatro años, del 2017 al 2020, esta segunda reconversión ambiental de la flota de autobuses supondrá un ahorro de 27.880 toneladas de CO2, que ascenderá a más de 50.500 toneladas en el cómputo ampliado hasta el año 2023.

 

En relación con las emisiones de CO2 de años anteriores, las emisiones ahorradas oscilarán entre un 7% para el año 2018 y un 15% para el 2020, de forma comparativa a las que de media se produjeron en el periodo del cuatrienio 2011-2015.

El compromiso de TMB por la reducción de emisiones ha sido recogido por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno español dentro de su programa FES-CO2 de incentivos a las actividades bajas en carbono, que lo ha incorporado como uno de los Proyectos Clima con una aportación económica máxima de 500.000 euros también hasta el año 2023. Cabe destacar que TMB es la única empresa de transporte público urbano de toda España que ha recibido esta aportación, que se instrumenta técnicamente como una compra del ahorro de emisiones generado por los nuevos autobuses de TMB.

La inversión creciente de la empresa de autobuses de TMB en material móvil (30,6 millones de euros en 2016, 38,2 millones de euros en 2017, 42,3 millones en 2018) se orienta no solo a rebajar la edad y fiabilidad de los vehículos de transporte, sino también a reducir el impacto ambiental. El consumo energético de combustible de un autobús híbrido, y por lo tanto también las emisiones de CO2, son un 30% más bajas de media que las de un coche diésel equivalente, y llegan al 45% en ciertos modelos. En el caso de un autobús eléctrico, la reducción es del 100%. La tracción eléctrica también disminuye el ruido, las vibraciones y mejora la tracción del vehículo, lo cual redunda en una clara mejora de confortabilidad.

Así, desde ahora hasta el año 2020, se producirá la sustitución de 449 unidades del parque de autobuses diésel y de gas natural comprimido de primera generación, que serán reemplazados por 449 vehículos híbridos, eléctricos y de gas con categoría Euro 6. Esto supone pasar de los 205 híbridos que había a finales de 2017 a 393, y, de 4 eléctricos puros, a 56. La flota de gas se mantendrá alrededor de las 380 unidades. Y para la flota auxiliar solo se adquirirán vehículos eléctricos.

La flota de autobuses de TMB ya experimentó una primera reconversión ambiental entre 2011 y 2014, gracias a lo cual en la actualidad no presta servicio con vehículos de categoría ambiental inferior a Euro 3. Para conseguirlo, se transformaron en híbridos 70 autobuses diésel y 13 autobuses de GNC. Además, 425 autobuses diésel fueron equipados con filtros SCRT, que retienen los óxidos de nitrógeno y las partículas finas, los dos contaminantes de mayor impacto en el medio local y la salud de las personas.

Con estas medidas, el aprovechamiento de las cualidades ambientales del gas natural comprimido, que propulsa el 35% de los vehículos, y la orientación verde de las nuevas compras (siempre se selecciona el vehículo más sostenible dentro de lo que puede ofrecer la industria de la automoción), la flota de bus de TMB se ha posicionado como la más limpia de Europa, un título reconocido en 2015 por la Unión Internacional de Transporte Público.

Los pasos que desde entonces TMB ha emprendido van en la línea del cumplimiento de los acuerdos de la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de París para contener el incremento de la temperatura media global y favorecer un desarrollo sin gases de efecto invernadero. Unos acuerdos que 25 grandes ciudades, entre las cuales Barcelona, han concretado en compromisos de acción que permitan llegar a la neutralidad de emisiones en 2050, aunque, si puede ser antes, mejor.