La Junta de Andalucía reclama al Ayuntamiento de Málaga una coordinación eficiente del bus urbano con la futura red de metro terça-feira, 12 de fevereiro de 2013

La Consejería de Fomento y Vivienda
de la Junta de Andalucía, Administración responsable de las líneas
1 y 2 del Metro de Málaga, reiterará al Ayuntamiento de Málaga en
la próxima comisión mixta de seguimiento del convenio de
colaboración del metro la necesidad de establecer una coordinación
óptima y eficiente entre el metropolitano y la red de autobuses
urbanos de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT), que beneficie
a la ciudadanía y fortalezca el sistema de transporte público,
generando sinergias y evitando solapamientos entre ambos servicios.
 
 
En este sentido, el director general de Movilidad de la Consejería
de Fomento y Vivienda, José Luis Ordóñez, espera que en el seno de
la comisión mixta, que se celebrará el próximo 21 de febrero, los
responsables del Ayuntamiento informen a la Junta sobre la
remodelación de las líneas de la EMT presentadas en el
Ayuntamiento, “ya que esta reordenación de las líneas debería tener
por objeto adecuarse a la entrada en servicio del Metro de Málaga”.
“El bus urbano y el metro deben complementarse para sumar fuerzas,
ampliar la cobertura y dar a la inversión en el metropolitano la
máxima eficiencia, jamás competir”, ha añadido Ordóñez.
 
 
“No hemos recibido información alguna en relación a esta
remodelación, pese a que la Consejería de Fomento, en el seno de la
comisión mixta y de la comisión técnica del Metro de Málaga, lleva
reclamando al Consistorio desde el pasado julio el Plan de
Movilidad Sostenible elaborado por el Ayuntamiento”, ha añadido el
director general de Movilidad. “El objetivo –ha subrayado– es
establecer así una óptima coordinación entre ambos sistemas de
transporte público, más aún cuando la puesta en servicio de las
líneas 1 y 2 del metro hasta el intercambiador del El Perchel está
prevista para finales de año”.  
 
Obligaciones del convenio  
Ordóñez ha recordado que el convenio de colaboración suscrito por
ambas administraciones en abril de 2003 para la construcción y
puesta en marcha del Metro de Málaga establece que “el Ayuntamiento
de Málaga planificará su política de tráfico y transporte tiendo en
cuanta la existencia y funcionamiento de las Línea 1 y 2”. Además,
el citado convenio, que es el marco de cooperación institucional
del que se dotaron ambas administraciones para acometer el metro,
determina que “con carácter previo a la entrada den servicio del
metropolitano, la Junta y el Ayuntamiento realizarán un estudio
para la elaboración de un plan de coordinación intermodal entre el
metro y los otros modos de transportes del municipio de Málaga”.
 
 
De acuerdo con la información divulgada por el Ayuntamiento de
Málaga, la nueva configuración de las líneas 3 y 11 de la EMT
solapan en la práctica los trazados de las líneas 1, 2 y 3 del
Metro de Málaga, “planteamiento que va más en línea de instaurar
una competencia entre los diferentes modos de transporte público
que en la de una integración entre los diferentes modos que fomente
la combinación de autobús y metro, estableciendo así una oferta
competitiva frente al vehículo privado, que es el eje de la apuesta
por una movilidad sostenible”, explicó Ordóñez.  
 
El director general de Movilidad considera que la planificación
del transporte que dibuja la remodelación de la EMT no genera
economías de escalas, ni aplica una gestión eficiente e integrada
del sistema de transporte público, “que debe adecuarse a la entrada
en servicio de un potente sistema de transporte colectivo, como es
el metro, en el que la Junta de Andalucía está realizando un gran
esfuerzo inversor”. Ordóñez recuerda que la explotación del metro
requerirá, además, de la participación económica de ambas
administraciones para garantizar su viabilidad económica y social,
“y en esa línea es fundamental una planificación del transporte
público que sume y aporte viajeros, en lugar de restar”.
 
 
“La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga deben remar en
la misma dirección para que la entrada en servicio de un sistema de
transportes tan potente como el metro beneficie al conjunto de la
ciudadanía, extendiendo su servicio gracias a una combinación
óptima del ferrocarril metropolitano y el autobús urbano”, añade
Ordóñez.  
 
En la práctica totalidad de las ciudades donde se ha implantado
con éxito las redes de metros y tranvías, las redes de autobuses,
tanto urbanos como interubanos, se han reordenado para buscar una
combinación óptima, propiciando que las líneas de autobu-ses
contribuyan a alimentar el corredor del metro, en lugar de
solaparse, “ya que el transporte público integrado debe tener como
máxima favorecer un mayor uso de este modo frente al vehículo
privado, en lugar de competir entre sí”, recuerda Ordóñez.